Cuentas personales vs cuentas corporativas offshore
La relación entre el beneficiario final y la cuenta es obvia, si se abre como una cuenta personal. Por el otro lado, si se abre una cuenta corporativa, la asociación entre el beneficiario final y la cuenta bancaria se mantendría privada. En otras palabras, todas las transacciones se harían bajo el nombre de la cuenta, el nombre de la compañía, y no bajo el nombre del beneficiario final.
Una cuenta bancaria también facilita mantener la privacidad de propiedad y protección a los recursos financieros. Ningún acreedor podrá embargar la cuenta.
Otra ventaja notoria al tener una cuenta bancaria corporativa, en lugar de una cuenta personal, es en las transacciones que pueda realizar el beneficiario final, las cuales toman mucho tiempo. A través de una cuenta corporativa el beneficiario final puede asignar firmante(s) autorizado(s), adicionales, para poder procesar dichas transacciones. De esta forma el beneficiario final, solo da las instrucciones y la transacción se procesa, sin el/ella tener que ir al banco o involucrarse personalmente. Aunque los firmantes autorizados pueden ser asignados en ambos tipos de cuentas, en las cuentas corporativas evitan al beneficiario final la carga adicional de tratar con el banco, ya que alguien más se encarga de la transacción mientras que el beneficiario final continua con sus asuntos.
Los firmantes autorizados pueden utilizarse bajo el Acuerdo Fiduciario Internacional, y es el mejor método para mantener la privacidad y seguridad bancaria. Una sociedad anónima se incorpora, y la firma asigna a una persona como firmante y beneficiario final de la cuenta bancaria. El banco no obtiene documentos de identificación del beneficiario final.
Funciona de la misma forma con las tarjetas de crédito. En caso que el beneficiario final esté interesado en una tarjeta de crédito y una cuenta bancaria, la mejor opción es que sean creadas como corporativas. En el caso de tarjetas de crédito, solo mostraría el nombre de la cuenta, de la compañía, en lugar del nombre del beneficiario. Es importante recordar que al momento de convertirse en tarjeta habiente de una Visa o MasterCard la información personal es almacenada en la base de datos de la institución, por ende, cualquier persona con un mínimo interés en su historial de crédito o transacciones tendrá completo acceso a la misma. Si ambas son cuentas corporativas, la información del beneficiario final, no sería revelada.